La medida disparará la cifra de estudiantes que abandonan el tronco común de la secundaria. Los alumnos seguirán un curso profesionalizador de dos años que dará acceso a los ciclos medios.
La escuela comprensiva, el modelo que apuesta por una fórmula que consiste en que todo el alumnado haga lo mismo durante el mismo tiempo, se halla en horas bajas. A partir del curso 2012-2013, los alumnos con más dificultades para salir adelante podrán dejar la ESO con 14 años, si durante el año natural cumplen los 15, y acceder a los nuevos Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) ideados para quienes no logran obtener el graduado de secundaria. Ahora han de esperar a los 16, o estar próximos a cumplirlos, para abandonar el tronco común de la enseñanza obligatoria. La medida disparará la demanda de esa opción, a la que hoy se acogen más de 15.000 estudiantes en Aragón. Los PCPI constituyen la salida natural de los alumnos que, tras repetir el primer o el segundo curso de la ESO, reinciden en tercero o cuarto. Se trata de un curso, actualmente de un año académico de duración, que proporciona un bagaje profesional mínimo pero especializado a aquellos que no logran hacerse con el título que acredita que se han completado los estudios básicos.
A partir del próximo curso, y si el nuevo Gobierno que salga de las urnas el próximo 20-N no dispone lo contrario, las comunidades autónomas deberán acomodarse a las disposiciones que, en materia educativa, se incluyeron en la ley de economía sostenible aprobada en junio. Los cambios no son pocos. Además de la posibilidad de desertar de la ESO a hora más temprana, los PCPI ganan en textura y pasarán a ser de dos cursos. Quienes superen los módulos profesionalizadores y los que proporcionan unos conocimientos generales básicos --no los específicos, destinados a aquellos que quieren conseguir el graduado de la ESO a posteriori a través de esa vía-- podrán acceder directamente a los ciclos formativos profesionales de grado medio (CFGM), el primer peldaño de la educación posobligatoria, sin que medie prueba alguna.
La reforma levanta las suspicacias de aquellos que consideran que detrás de la facilidades otorgadas a los que sigan los PCPI para que promocionen e ingresen en los CFGM se halla la necesidad de mejorar la estadísticas de jóvenes con estudios posobligatorios, cuyo diferencial con la UE ronda los 20 puntos porcentuales. Mientras que más del 80% de la población europea de entre 20 y 24 años cuenta con estudios más allá de los obligatorios, en España ese porcentaje ronda el 65%.
La puesta en práctica de la ley no va a ser fácil. Montserrat Milán, responsable del área de Formación Profesional de la Federació de Enseñanza de CCOO, considera que "se trata del mejor programa educativo en años para los jóvenes con dificultades de aprendizaje". Ocurre, sin embargo, que "el profesorado verá ahora que tiene un recurso a mano para los rezagados", lo que le permite pronosticar que "habrá presión" para desplazar a parte del alumnado hacia los PCPI.
El problema estriba en que la propuesta llega en el peor momento, cuando las posibilidades de contar con más dotaciones de profesorado para poder atenderles son, aparentemente, nulas.
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